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Pol López: “En España no se garantizan las necesidades básicas de las personas”

Mar García Rodríguez

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Pol López  es estudiante del último año de sociología, en la Universidad Autónoma de Barcelona. La sociología se encarga de estudiar el comportamiento social de las personas, de los grupos y de la organización de las sociedades. Nadie mejor que un sociólogo nos puede explicar qué es lo que sucede en la sociedad, que tipo de desajustes se produjeron y se siguen produciendo para que existan grandes desigualdades y haya personas que no dispongan de los mismos derechos que otras. Así, saber cuales son los cambios que experimenta una persona y de este modo, también podemos llegar a saber por qué aparecen estos comedores sociales o qué podemos hacer nosotros para intentar cambiar la sociedad.

 

Describe desde el punto de vista de un sociólogo el proceso que vive una persona que en un primer momento está adinerada o estable, y pasa a estar, por una serie de circunstancias en la calle.

La mayoría de ciudadanos nos encontramos dentro de una cohesión social, ya sea la familia, el trabajo, etc. Hay casos en los que en un momento dado se pierde, en la mayoría de ellos, la estabilidad económica, lo que provoca que se vaya perdiendo progresivamente el resto de estabilidades. Así es como una persona entre en declive y pierde su identidad. Es cierto que no pierde su identidad por completo, pero sí una gran parte que es la que había formado hasta el momento. Al perder todas esas relaciones que tenía anteriormente, pierde su manera de actuar y podemos definir que se trata de una persona desviada, un desviado social; es decir, una persona que ha sido excluida del círculo del que provenía, una persona que se ha convertido en el hazmerreír del grupo. A estos desviados les suele ser muy difícil poder volver a retomar la relación con su anterior círculo o, incluso, con cualquier otro círculo. El motivo es que cuando una persona pierde parte de su identidad y se relaciona con otros desviados es muy difícil que puedan salir de esa condición de desviados, básicamente porque interiorizan esa sensación de desviados o apartados de la sociedad y ninguno de ellos ni de las nuevas personas con las que se llegan a relacionar consideran posible volver a lo que tenían anteriormente.

¿La invisibilidad de estas personas no puede ser considerado como una deshumanización?

Tenemos que tener en cuenta que no podemos hablar de invisibilidad porque el propio estado español, en nuestro caso, por ley ha de cumplir y garantizar una serie de derechos a los ciudadanos de su país, y por ello hay diferentes ayudas a aquellos que están más desfavorecidos y que necesitan de la ayuda social para poder subsistir; y un ejemplo de esas ayudas son los comedores sociales.  Por todo esto no podemos hablar en ningún caso de invisibilidad, aunque sí de, en parte, querer ocultar a esta gente y por todo lo que pasan diariamente. No podemos permitir que se produzca un silencio, que nadie luche por intentar mejorar la situación de todos aquellos que día a día luchan por intentar mejorar sus condiciones, por intentar conseguir de nuevo una estabilidad.   

 

¿Cuáles pueden ser las causas por las que el estado prefiera crear comedores sociales u otras ayudas en vez de invertir más en la persona y en su reincorporación?

Si nos remitimos a hechos históricos, los comedores sociales surgen en el siglo XVIII. Lo que ocurre en aquel entonces es que toda la gente que trabajaba en el campo se mueva a la ciudad, principalmente porque había mucho más trabajo y porque teóricamente se mejoraban las condiciones de vida, aunque posteriormente hemos visto que no fue así. De esta movilización del campo a la ciudad cabe destacar un hecho muy importante que cambió la sociedad en aquél entonces y que actualmente aún seguimos igual. Cuando la población estaba en el campo estaba sometida a una solidaridad mecánica, que consistía en pequeños grupos o círculos de personas, ya fuese familia, amigos, compañeros de trabajo, etc que procuraban por el bien de ellos, por cuidarse mutuamente. En el momento en que pasan a la ciudad, esos valores desaparecen y pasamos a una sociedad orgánica donde esa solidaridad de grupo se pierde y solamente se mira por uno mismo y por sus propios beneficios. Por este motivo aparecieron los comedores sociales, porque no existía ningún tipo de ayuda entre los ciudadanos y era necesaria la existencia de esas organizaciones para ayudar a todas aquellas personas que por sí solas no podrían obtener el pleno desarrollo. Nos damos cuenta que lo mismo que pasó en el siglo XVIII sigue pasando actualmente, porque somos sujetos egoístas que miramos por nosotros mismos y es necesario que existan entidades que ayuden a los más necesitados y se encarguen exhaustivamente de ellos, porque si fuera por el resto de ciudadanos esa situación no se podría solucionar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Somos víctimas o culpables de lo que se ha vivido y en lo que ha acabado?

Somos una mezcla, porque todo es construido. Tomamos nuestras propias decisiones y por este motivo no podemos afirmar ni que seamos víctimas ni culpables de la situación en la que nos encontramos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué crees que se debería hacer para poder mejorar?

Primeramente, cambiar las políticas sociales que existen en este país. Principalmente, todo estado debería garantizar el cumplimiento de las necesidades fundamentales de cualquier persona sin excepción, y eso no se está produciendo en ningún caso. No se mira por intentar mejorar la vida de estas personas y que puedan salir de la situación tan desfavorable en la que se encuentran, sino que solo se mira por que puedan ir tirando y que no molesten ni se rebelen. Este es el gran problema que tenemos: no queremos que la situación cambie, sino que queremos que, mientras a nosotros nos vaya bien, todo continúe. Además de una actuación más contundente por parte del estado, tendríamos que visibilizar mucho más la situación de estas personas con dificultades, que se ven obligadas a acudir a centros de ayuda, comedores sociales, etc para sobrevivir, para que todo el mundo conozca cuál es el sufrimiento al que están sometidos cada día. Si hacemos visibles los problemas sociales y mejoramos las políticas sociales podemos acabar con muchas desigualdades.

El sociólogo Pol López nos ha mostrado las grandes desigualdades que siguen existiendo en nuestra sociedad. Nos ha mostrado como en España no se cumplen las necesidades básicas y el gran trabajo que aún queda por delante. Las acciones que llevan a cabo los comedores sociales, y muchos otros, es esencial para seguir adelante. Sin ellos, muchas de las personas que sufren las desigualdades que existen y que se encuentran en una situación de exclusión social, no podrían continuar. Queda mucho por hacer, y se han de crear muchas más políticas sociales, tenemos que dejar de invisibilizar y deshumanizar a todos aquellos que se encuentran en situaciones desfavorables, que tienen peores condiciones de vida que nosotros y empezar a dar la cara por ellas, para conseguir nuevos cambios y grandes resultados. 

Foto de Andrea Lamas (2).jpg

¿Se puede llamar deshumanización al proceso de pérdida de relaciones y de su círculo?

Mientras una persona tenga relaciones, que es por lo que se caracteriza un ser humano, no se puede hablar de deshumanización. Un ejemplo de deshumanización fueron los campos de concentración donde se trataba al ser humano como un número, se les quitaba todas sus pertenencias, objetos personales, absolutamente todo y se les trataba sin ningún tipo de consideración ni de respeto. Por tanto, no podríamos hablar de deshumanización, pero sí de pérdida de derechos, como es el derecho a la vivienda, el derecho al trabajo, entre otros.

Pol López durante la entrevista. MARTA PEDRAZA

Si hacemos visibles los problemas sociales y mejoramos las políticas sociales podemos acabar con muchas desigualdades

¿Por qué somos nosotros mismos los que decidimos no dar voz a estas personas con problemas, cuando no sabemos qué será de nosotros en los próximos años?

Porque las personas tendemos a ignorar lo que no nos incumbe. Lo que pasó en la Primera República donde se pasó de los valores tradicionales de preocupación y lucha por cuidarse y mejorar la situación de nosotros y de los nuestros a una sociedad orgánica donde se mira por uno mismo aún sigue presente. Nos encontramos con personas muy egoístas, muy individualistas que si no les supone ningún beneficio ayudar a aquellos que están más necesitados no lo harán; aunque no todos, siempre hay gente que es activa y solidaria con la causa. Aunque cabe destacar que viendo cuál es la actuación del estado en relación a este tema, que no se preocupa por desarrollar nuevas acciones sociales o políticas sociales, no se puede esperar más de los ciudadanos que viven en él.

Los ciudadanos somos tanto víctimas como culpables de la situación desigual que vivimos

¿Crees que en un futuro la situación en la que nos encontramos, donde los comedores sociales y demás entidades son necesarias para que mucha gente pueda seguir viviendo, cambiará?

No puedo decir qué es lo que ocurrirá, pero sinceramente creo que la situación no cambiará mucho, básicamente porque vamos a seguir en nuestra línea egoísta donde solo miraremos por nosotros y por nuestros intereses. Creo que hasta que no haya un cambio social por parte del estado, la propia ciudadanía no empezará el cambio, porque no le interesa ni supone ningún tipo de beneficio o mejora.

¿Cuáles son las necesidades básicas de una persona?

Esta es una cuestión muy importante. Hay una pirámide de necesidades, la Pirámide de Maslow, donde aparecen por orden las necesidades que una persona debe tener. En el nivel más bajo encontramos las necesidades fisiológicas como son el respirar, alimentarse o descansar. Aquí vemos la gran importancia y necesidad de que existan los comedores sociales, porque como todos sabemos comer es una de las necesidades más básicas de una persona. En el segundo nivel, se encuentra la seguridad, tanto física como de empleo, de recursos, familiar y de salud. En este caso, nos damos cuenta de que no se cumplen, al menos en el estado español. Que haya personas sin techo, sin trabajo, sin poder comer nos demuestra que muchas de estas necesidades básicas ya no se están cumpliendo y por tanto ya nos están alertando de que algo ha de cambiar. En el tercer escalón se encuentra el reconocimiento de la persona, donde se recoge el éxito, el respeto o la confianza. En este caso es también fácil ver como no se cumplen, principalmente porque estas personas que han perdido todas las oportunidades de desarrollo hasta el momento no se reconocen en ningún caso, sino que, al contrario, son invisibles para el resto. En el último peldaño de la pirámide se encuentra la autorrealización de la persona. Por tanto, a nivel general podemos comprobar como en España no se cumplen todas las necesidades básicas de las personas. 

Pirámide de Maslow. Fuente: Lizaroo

Pol López mientras explicaba el círculo y las relaciones que tiene una persona. MARTA PEDRAZA

Pol López - Declaración
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