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Antonio Cortiñas: "En Barcelona por hambre no se muere nadie, por soledad sí"

Nagore Rueda Herrador

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Antonio Cortiñas recuerda entre risa como un niño de 12 años le preguntaba en una de sus charlas que realiza en la actualidad si era una persona feliz. Su ideal sobre esta cuestión ha cambiado en el transcurso de los años y con los vuelcos que ha dado su historia. La concepción que tenía de felicidad, comprarse un coche nuevo o mudarse porque la casa se había quedado pequeña, carece de sentido ahora y lo que antes creía hacerle feliz se había convertido en ingredientes con los que “no vas a ningún lado”. 

“Y un día te llaman a la puerta, llega un secretario judicial y te dice dame las llaves y a partir de ahí ya estas en la calle”, relata Antonio sentado en la silla del centro que decía haberle devuelto la vida. Antonio (Barcelona, 1960) trabajador de una empresa de seguridad como jefe de equipo, en septiembre de 2009 su vida dio un giro cuando perdió el trabajo y consecutivamente la casa, su familia y todas aquellas pertenencias que formaban parte de su  presente. 

Los próximos seis meses los pasó viviendo en la calle, con un blanco en el recuerdo de los primeros 15 días, “tengo un agujero de días que no se donde estuve ni lo que hice, el último recuerdo que tengo es coger el tren desde la ciudad donde vivía”. Este vacío de tiempo después fue diagnosticado por los psicólogos como amnesia traumática: “Mi cerebro decidió que lo que estaba ocurriendo no le gustaba y no hizo copia de seguridad, no hay datos”. Un hecho, es que no es a la única persona con la que se relaciona que le ha ocurrido, la mente lo utilizó como un de medio de protección para poder superar las situaciones difíciles y traumáticas. No recordar por donde había deambulado, donde había dormido y si había hecho algo “malo” le provocaba un ahogo interno en los primeros meses, que a lo largo del tiempo lo ha asumido y definido como “15 días que había perdido”. 

El centro de acogida Assís le estaba devolviendo poco a poco el sentirse persona, en la calle siente como acabó “convirtiendo en un mueble, en  mobiliario urbano para la sociedad”. En este lugar se preocupaban por como estaba, y el afecto indica que es la más valiosa ayuda, por un motivo esencial: “En Barcelona por hambre no se muere nadie, pero por soledad sí. De la soledad se pasa a la locura y de la locura, a la muerte”. 

Captura de pantalla 2019-03-30 a las 12.

Durante los seis meses que estuvo en la calle, sin sitio donde ir, con la ausencia de una relación con su antigua familia, el mosén de la Parroquia de Can Mantega le aconsejó que pidiera ayuda al centro de acogida Assís para poder “salir del pozo”. Inicialmente se mostró reacio a la idea por el lugar donde se encontraba en centro, el barrio de Sarriá, “donde por etiquetas y prejuicios pensaba que la gente te miraba por encima del hombro”.  

Con cariño en el taller que tanta luz le había aportado a su vida, relata el día de su llegada como si lo estuviera reviviendo en ese instante: “Roger, el educador, ni si quiera me preguntó el nombre. Me dijo ¿has comido? y yo que llevaba día y pico sin comer nada respondí: No. Entonces me respondió que primero comiera, que me duchara y me cambiara de ropa y ya hablaríamos. Esperaba que me identificaran, pero no, no me pidieron el carnet de identidad en ese momento”.

Para Antonio el momento de la incorporación en el centro de acogida Assís, después de 6 meses en la calle, fue un punto de inflexión para seguir con el bache: “No se puede cambiar en un día ni en una semana ni incluso en un año”. Con el semblante y los ojos del que ha pasado mucho pero con esperanza de superarlo todo, sentenció: “Quejándote de la mala suerte que has tenido, de preguntartepor qué a mí, déjate de historias, levántate y ponte a hacer algo. Sentado en una silla desde luego que no vas a salir”.

Actualmente reside en un hogar en Barcelona que el centro le ha proporcionado. Principalmente porque no tiene acceso a un piso que se encuentre en el mercado ya que se requieren algunas características como una nomina y un contrato. Por este motivo indica que “técnicamente sigo siendo una persona sin hogar”.

Antonio Cortiñas en el taller del centro de acogida Assís. MARTA PEDRAZA 

Antonio con las charlas de sensibilización que imparte en los institutos o entrevistas a los medios quiere hacer entender a la sociedad que una persona no es aquella que “vive en el rincón con unos cartones, sucio, borracho y que huele mal. Un 90% de las personas sin hogar se ponen a nuestro lado en el semáforo, se sientan a nuestro lado en el metro, y jamás diríamos que son personas sin hogar”. Muestra el desconocimiento que tiene la sociedad con las personas que no tienen hogar y la poca visibilidad y consciencia. 

El sinhogarismo es mucho más grabe de lo que se piensa la gente

Para sobrevivir, convirtió de un hobbie su herramienta de trabajo. Recuerda la pasión que había tenido desde hacía 25 años con la informática y el tiempo que había invertido en desmontar y montar ordenadores para comprobar la pieza que no funcionaba. Antonio muestra una de las grandes dificultades con las que se ha encontrado para ser admitido en un trabajo, la edad. En el sector en el que él trabajaba era muy complicado así que se vio obligado a “aprovechar la experiencia que tenía y reciclarme sacándome un título de Técnico en Sistema y en Software”.  

Actualmente trabaja en el centro de acogida Assís en el sector de informática para usuarios y desde el 2016 es voluntario coordinador  del Grupo de Trabajo sinhogarismo del Consejo Municipal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona

Captura de pantalla 2019-03-30 a las 13.

Gestualidad durante parte de la entrevista.MARTA PEDRAZA 

Antonio Cortiñas tras hacer un repaso del recorrido de su historia concluye: “Estoy orgulloso de estar aquí, de lo que soy y de lo que estoy haciendo. Nunca reniegues de lo que has pasado porque todas son experiencias de las que se puede aprender”. Definiéndose como una persona basada en la resistencia y la residencia y "agunatar peti qui peti", Antonio, admite que ahora sabe lo que es la felicidad: “Soy feliz, lo que hago tiene una utilidad, lo hago porque me llena y porque creo en ello”. 

Antonio Cortiñas - Declaración
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Para ampliar:

#404homelessnotfound, iniciativa asociada con el centro de acogida Assís. 

Entrevista a Antonio Cortiñas en elPeriódico.

Entrevista a Antonio Cortiñas en BCNvsODI, Ayuntamiento de Barcelona. 

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