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Laura Rodríguez: “No se trata sólo de dar comida”

Mar García Rodríguez

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No se trata de darles comida y que se vayan, se trata de estar un rato con ellos, en compañía, hablar, en definitiva, conseguir que sea un rato agradable”, nos explica Laura Rodríguez, coordinadora del centro de la asociación Barcelonactua, que se encuentra en el barrio del Raval.

Desde hace seis meses, Laura dedica sus fines de semana a ser voluntaria en este centro donde se ofrece desayuno tanto sábados como domingos, de 9 a 10:30. Previamente había hecho de voluntaria dando clases de español a inmigrantes, pero destaca que prefiere estar en el comedor social porque es mucho más cercano a las personas, hay más trato. “Es algo que siempre he querido hacer y nunca veía el momento, pero me di cuenta que, trabajando de lunes a viernes, podía dedicar los fines de semana a ayudar a los demás; y es una de las mejores decisiones que he tomado, aunque tenga que hacer una de las cosas que menos me gusta: madrugar”.

 

Como coordinadora, se encarga de planificar las actividades, de gestionar la comida, dar la bienvenida a los voluntarios y a todas las personas en situación de exclusión social que llegan al centro, y de calcular el número de personas que en un principio irán al comedor a ayudar. Todas las personas que están en el centro ayudando son voluntarios, “siempre hay voluntarios suficientes, incluso a veces demasiados; nunca ha hecho falta hacer un llamamiento porque hay gente muy comprometida, algo que personalmente me llamó la atención cuando comencé a venir”.

Ella y los demás voluntarios se encargan de preparar las mesas, las sillas y la comida para que todo esté listo cuando abran. “Solemos dar medio plátano, un bocadillo pequeño, y de café y zumo todo lo que quieran. Todo depende de la cantidad de personas que acudan, pero normalmente da para que todos ellos se puedan comer un segundo bocadillo. También, si sobra comida, como por ejemplo galletas o polvorones de navidad, también pueden llevárselas”, explica.

Al centro suelen acudir cada día unas cincuenta personas, en situación de exclusión social o sintecho, aunque varía según la semana que sea. Según nos ha contado, a principios de mes acude menos gente porque algunos de ellos acaban de cobrar la pensión, pero en las últimas semanas, el centro se llena más. Aun así, siempre tienen comida suficiente para todos.

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Laura Rodríguez durante la entrevista. MAR GARCÍA

La asociación es la que se encarga de comprar la comida, dos veces por mes, y destinarlos a cada local para que puedan suplir las necesidades de cada zona. Es comida que se puede mantener bien dentro de los locales, que no se estropea, como es el embutido envasado al vacío. “Nosotros nos encargamos de comprar cada día el pan y los plátanos, porque de una semana a otra no valen, y la asociación no puede estar cada semana yendo al centro para dar comida del día”.

Estoy aprendiendo muchísimo de estar aquí, me siento útil y siento que aporto algo a la sociedad

“Estoy aprendiendo muchísimo de estar aquí, me siento útil, y siento que aporto algo a la sociedad y me está ayudando a tratar con gente complicada, a encontrar la manera correcta de decir las cosas”, explica Laura con una gran sonrisa. Aunque no todo es siempre positivo, ya que también ha tenido que lidiar con personas conflictivas que la han insultado, cuestionado su trabajo y la han puesto en situaciones muy límite. “El otro día vino un hombre, muy nervioso, a decirme que mi trabajo no valía nada, que no servía para nada, que tenía ni idea de hacer las cosas, incluso llegó a insultarme. Hubo suerte que pasaron dos policías, la comisaría de los Mossos d’Esquadra está aquí al lado, y se lo llevaron. Allí me di cuenta que da igual toda la teoría que te enseñen de comportamiento durante tu vida, porque en la práctica hay que tener un control emocional muy grande, no sabes cómo vas a reaccionar ante tales situaciones”.  

En clave de futuro, ella considera que nos seguiremos encontrando en la misma situación que actualmente, en cuanto al número de personas que practican un voluntariado, los cuales son cada vez más importantes en nuestra sociedad. “No creo que haya ni que vaya a haber más concienciación, depende de cada persona, del tiempo que tenga para dedicar, y de las ganas que tenga para hacerlo. En mi caso eran solamente los fines de semana, pero decidí emprender esta nueva aventura. Hay otro tipo de personas que necesitan un empujón de alguien para llevar a cabo alguna acción como esta, y no son ni mejores ni peores por ello”.

Laura Rodríguez - Declaración
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